La viuda de Juan Miguel Isla ha pedido una segunda autopsia del cadáver de su esposo, uno de los dos empresarios cuyos restos fueron hallados en 2023 en pozos de Manzanares y Valdepeñas, en la provincia de Ciudad Real. La solicitud coincide con la prórroga de prisión para los dos acusados de sus muertes, el intermediario de fincas Antonio Caba Vázquez y para el jubilado Gaspar Rivera Escudero, al cumplirse dos años de su ingreso en la cárcel.

Nardy Molina, la viuda de Juan Miguel Isla, está a la espera de que la Audiencia Provincial de Ciudad Real resuelva su apelación, después de que el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 2 de Manzanares ha rechazado su petición de una segunda autopsia. Según la juez, el cadáver de Isla fue sometido a un «análisis forense suficientemente exhaustivo», que descartó la existencia de cualquier cuerpo extraño metálico tipo proyectil en el interior. Sin embargo, la viuda cree que, por indicios recabados en la instrucción, la muerte de su marido fue provocada por un arma de fuego.
Su abogado, Juan Manuel Medina, explica que se basan en el testimonio de Gaspar. «En sus primeras declaraciones dice que, cuando llega a la finca, encuentra tapado un cadáver en el suelo y casquillos de bala alrededor. Y que Antonio Caba le dice que recoja los casquillos. Luego, en otra declaración, se le escapa decir que no sabe de dónde viene el tiro y, enseguida, rectifica diciendo ‘vamos, no sé cuándo ocurrió lo del tiro, no tengo ni idea'».
El letrado también se detiene en la actitud del hermano de Isla: «Al día siguiente de desaparecer Juan Miguel, Caba le entrega un arma, una pistola; el hermano la esconde y luego, el día que aparece el cuerpo de Juan Miguel a los meses, entrega el arma a la Guardia Civil diciendo que se la ha dado Antonio Caba». Medina añade que «me da igual que muriera de un golpe o un disparo en la cabeza, porque tengo claro que los autores materiales son Caba y Gaspar. Pero, si se demostrara que fue con un arma de fuego, a lo mejor la posición del hermano de Isla sería más comprometida».
Sin embargo, en la autopsia practicada en el tanatorio de Manzanares al cadáver de Isla, muy deteriorado, los forenses informan de que «no se encontraron lesiones compatibles con el paso de un proyectil». Debido a su estado de putrefacción, se realizaron varias pruebas, entre ellas una radiografía simple; un ‘bodyTAC’ (exploración tridimensional del esqueleto) y un estudio de las ropas, hechas jirones. Los resultados fueron negativos: no se hallaron orificios ni posibles residuos de disparo.
El Ministerio Fiscal se ha opuesto a realizar una segunda autopsia, al igual que la defensa de Antonio Caba. Su letrado, Rodrigo García, entiende que la necropsia oficial es correcta; «básicamente» porque «no hay prueba pericial alguna que sostenga qué error o errores se hayan podido cometer y que justificara un nuevo informe de forensía». Sobre las manifestaciones del hermano de Juan Miguel al entregar a la Guardia Civil un arma de fuego que le dio Caba, el abogado asegura que «en nada altera la práctica de una autopsia, cuestión estrictamente científica».
En el informe oficial, de 32 páginas, se indica que «es altamente probable que se trate de una muerte violenta de naturaleza homicida», aunque la causa del fallecimiento no pudo ser determinada con exactitud. No obstante, la autopsia deja abierta dos hipótesis. Por un lado, que Juan Miguel muriese por un traumatismo craneoencefálico severo, con fractura de la nariz y de la segunda vértebra cervical, además de una hemorragia cerebral. La segunda suposición es que falleciera por una herida incisa provocada por un arma blanca en la región inguinal izquierda y una hemorragia en la arteria y/o la vena femoral.
El examen confirma que la víctima ya estaba muerta cuando fue arrojada al pozo y descarta la presencia de un fármaco antidepresivo con fines homicidas. No obstante, en el análisis toxicológico hay resultados compatibles con el consumo de venlafaxina y de su metabolito, desmetilvenlafaxina, un antidepresivo que Isla no tenía prescrito. Sin embargo, dado el estado de putrefacción de la muestra analizada, los resultados no son concluyentes y solamente se puede afirmar que son compatibles con consumo devenlafaxina.
Antonio Caba y Gaspar Rivera no son los únicos acusados en este caso, que juzgará un jurado popular. También está procesado el gestor de Antonio Caba. A Juan Carlos Lugarnuevo se le considera presunto autor de un delito de encubrimiento y cooperador necesario de estafa y falsedad en documento privado sobre una finca de Juan Miguel Isla. El trámite se habría realizado el mismo día que desaparece el empresario, cuyos restos descansan en el cementerio de Manzanares, a treinta kilómetros del pozo donde fue encontrado. El próximo viernes, 14 de marzo, se cumplirán dos años del macabro hallazgo.
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