La parcela de los horrores: ¿Es Gheorghe inimputable por maltratar animales?

A Gheorghe, un rumano de 59 años, todo el mundo lo conoce en Quintanar de la Orden. «A mí me recuerda literalmente a don Quijote con las ropas que lleva a veces», dice un parroquiano, quien también hace alusión a su falta de higiene personal.

En este municipio toledano de unos 12.000 habitantes, sus vecinos hablan de que está majareta. Por eso, no les ha sorprendido que la Guardia Civil y la Policía local hayan descubierto en el solar donde vive, en mitad del campo, una parcela de los horrores: animales en unas pésimas condiciones higiénico-sanitarias y otros muertos. «Yo hago rituales», espetó a los agentes.

«A Gheorghe lo conozco desde que pisó Quintanar hace unos quince años. Era una persona absolutamente normal, pero lleva un tiempo mal de la cabeza; es un pesado que va con una bicicleta, pero que no se mete con nadie», afirma un vecino. En la bicicleta llevaba animales abiertos en canal y con las vísceras colgando, lo que provocaba un olor «horrible». Conejos, liebres y hasta flamencos de la cercana laguna de Villafranca de los Caballeros atados al cuadro o al manillar.

Gheorghe habla perfectamente español y domina el inglés, describen quienes lo conocen, y llegó a estar casado con una cubana, con la que tuvo varios hijos y con la que residió en un «casoplón» que vendió a un precio muy bajo, dicen los vecinos. Desde hace años vive solo y «ya forma parte del paisaje del pueblo».

Los agentes lo acusan de un delito continuado de maltrato animal a raíz de la colaboración ciudadana. Sucedió a primeros de semana, cuando unas mujeres comunicaron la Policía local de que un hombre deambulaba por el pueblo con un cachorro que presentaba unas heridas de quemaduras en la cabeza. Los funcionarios constataron los hechos y trasladaron la información a la Guardia Civil. Localizaron la parcela, que no está vallada, en las afueras de Quintanar y el viernes realizaron una inspección.

Allí se encontraron numerosos perros de varias razas en pésimas condiciones de salubridad, algunos atados permanentemente con diversas cuerdas. Con un mandato judicial y el apoyo de protectoras de animales, retiraron 17 canes con lesiones o signos de maltrato en la mayoría: tres machos adultos, dos hembras adultas, cinco cachorros de dos meses y siete lactantes. También tres gallinas, calaveras de otros animales y esqueletos de pequeño tamaño en avanzado estado de descomposición, colgados en diferentes emplazamientos del recinto.

Los animales liberados se encuentran al cuidado de cinco protectoras y centros profesionales especializados en mascotas: la Asociación Nacional Amigos de los Animales (ANAA); la Asociación para la Liberación y el Bienestar Animal (ALBA); Adayra Adopciones, Arte Canino y Artemican.

Por su parte, el hombre está investigado, pero no ha sido detenido. El atestado policial ha sido enviado al Juzgado de Instrucción número 2 de Quintanar de la Orden. Este asunto se suma ahora al menos a otro que Gheorghe tiene pendiente con la Justicia a raíz de una denuncia de su exmujer por violencia de género en 2019. «En otros que ha tenido ha sido reconocido por el médico forense y este hombre es inimputable: está chalado», explica un abogado. Otros paisanos cuentan que ha llegado a interrumpir oficios religiosos en la iglesia parroquial.

Que su mujer se marchara con sus hijos hace tiempo, además de alguna orden de alejamiento, parece que afectó psíquicamente a Gheorghe y habría sido el comienzo de su debacle, especulan en este pueblo manchego. Con el tiempo, según las mismas fuentes, pasó de vivir en una caravana al terreno donde la Guardia Civil y la Policía descubrió una parcela de los horrores esta semana.

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