«Los padres son los que salen perdiendo. Es gente muy mayor y se van a ver ahora solos, porque un hermano ha matado al otro». En La Puebla de Almoradiel, sus 5.000 habitantes están conmocionados desde que esta mañana, sobre las once, Miguel ha acabado presuntamente con la vida de Rafael. Ha sucedido en el número 10 de la calle Arcoíris, dentro de la vivienda de una planta donde los dos hermanos, solteros, residían con sus progenitores.
Rafael era transportista, aunque no tenía trabajo con regularidad, en tanto que Miguel cuidaba a los padres, octogenarios, en este municipio toledano. «Rafael siempre fue problemático; pedía dinero a Miguel y a los padres para sus cosas», aseguran los vecinos consultados sobre este supuesto fratricidio.
Describen a la víctima mortal, de 52 años, como una persona que «siempre estuvo relacionada con el consumo habitual de drogas», mientras que Miguel, de 57 y muy retraído, «es un buenazo». «Rafa siempre se dedicó a vivir su vida a su manera, dando muchos problemas a su familia», añaden las mismas fuentes, que apuntan que a Miguel se le ha tenido que «cruzar los cables» para matar a su hermano. «Seguramente lo tenía harto de tantas cosas», piensan.
No ha trascendido el motivo de la muerte durante una discusión. En ella se habría empleado una alcantarilla y un arma blanca, con la que Miguel habría acabado con la vida de su hermano cortándole el cuello. «Puede que Rafael tuviera hasta las narices a Miguel y por eso ha terminando matándolo», especulan. Hablan de «problemas de convivencia» que, sin embargo, no se habían traducido en denuncias en el cuartel que la Guardia Civil tiene en este municipio manchego.
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