Antonio Collado tiene laringitis. Dice que el frío ha pasado factura a su garganta. Pero se recupera de la inflamación con otra cara después de su último triunfo: vencer a un ex campeón del mundo de boxeo, el venezolano Otto Gámez. Antes de vérselas en Madrid con el deportista profesional de Quintanar de la Orden, Gámez sumaba 23 victorias, 17 de ellas por KO. «Manco no era», resume Collado entre risas. Pero el sábado, en el centro cívico Covibar de Rivas Vaciamadrid, el público que llenó el recinto vio al boxeador toledano levantar las manos al cielo como ganador después de la decisión unánime de los tres jueces.
Pero cómo se prepara un combate ante un rival como Gámez. «Como si fuera un mundial, como si fuera un mundial, repite Collado. «No sólo físico, también alimentación, psicología y no dejándote llevar por los sentimientos ni por los nervios. Tampoco por el miedo. Hay que salir con todo y demostrar que tú quieres ser campeón del mundo», reflexiona.

Con su victoria número 19, Antonio está pletórico. «Sientes una confianza absoluta para parar un tren de un puñetazo. Sabes que estás preparado para las grandes ligas y ves que no estás al nivel, sino lo superas», expresa de una manera pausada y con un punto de disfonía. «Has trabajado mucho para llegar ahí, para luchar contra alguien que es top. Has conseguido entender su boxeo, saber jugarle al ajedrez y saber ganarle. Esto te da una confianza plena para boxear contra quien te pongan delante», relata el pupilo de Víctor del Toro.
Collado cuenta que hay gente que viaja de otros países, pero a él lo que le hace ilusión es luchar en su querida Quintanar de la Orden. «Es lo que se está preguntando todo el mundo, todo el pueblo. Que cuándo, que cuándo», afirma. «Vamos a ver qué pasa. A mí no me concierne, pero mis paisanos lo piden. Quieren ver en el pueblo a su mayor estandarte», añade sosegado a sus 25 años.
No tiene una fecha para el próximo combate: «Mi meta es seguir escalando en las listas europeas». De momento, descansa y come. Después de hincharse a pollo frito en Popeyes tras la victoria frente a Gámez, estos días está ganando el tiempo perdido devorando hamburguesas en La Osa, que tiene negocios en Getafe y Valdemoro. «No comerlas me da ansiedad. Busca en internet», dice relamiéndose y esperando la siguiente. El triunfo frente a un ex campeón del mundo lo merece y en La Osa seguro que le salen a un buen precio porque además es uno de sus patrocinadores.

Fotos: Luis Horcajada
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